Por Jorge Valero / La Razón.es
Rolando Jiménez Pozada fue el último de los 75 disidentes encarcelados en la terrible «Primavera Negra» de 2003.
Detenido el 25 de abril, un mes después que el resto de activistas, forma parte de la lista de 53 presos de conciencia que permanecen en la cárcel desde aquella terrible purga, según Amnistía Internacional. Pese a todo, no figura entre los 52 encarcelados que el régimen se ha comprometido a liberar. Es el excluido.
La fiscal solicitó para él seis años, pero la Sala de Delitos de la Seguridad del Estado le impuso el doble de condena por los supuestos delitos de desacato y revelación de secretos ya que era oficial del Estado. Ha hecho huelgas de hambre para exigir la libertad condicional que debía disfrutar desde hace un año.
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El régimen castrista ha convertido la isla entera en una cárcel. Los cubanos no pueden mudarse entre provincias, tienen que enfrentarse a excesivas restricciones para poder salir del país y no pueden pronunciarse en contra del gobierno. Eso, entre muchas otras cosas que serían normales en cualquier otro país libre. Por ese motivo, todos los cubanos se pueden considerar como presos y en adición existen cárceles dentro de la cárcel que están llenas de cubanos y cubanas inocentes, cuyo único delito es amar la libertad o querer forjarse un mejor mañana.
jueves, 8 de julio de 2010
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Lo mismo sucedió con Julio Cesar Alvarez.Todos los que estábamos en su causa pudimos salir desterrado mas no el.
ResponderEliminarA Julio ni el mismo Papa pudo sacarlo.Fuimos llevado por "revelacion de secretos concernientes a la seguridad del estado" a el también le agregaron desacato.
Cumplió 16 de 19 que le dieron de penalidad.