La Razón.es
Mireya Pentón y Misladis González, madre y esposa del opositor cubano Léster González Pentón, en su casa de Santa Clara
Los cinco presos políticos que la dictadura cubana liberará los próximos días y que serán desterrados en España viajarán de acuerdo al estatuto cubano de emigrantes, no serán tratados como asilados políticos y recibirán ayuda de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR) para iniciar en nuestro país una nueva vida, informaron ayer fuentes del Gobierno español.
El hecho de que Cuba les aplique el estatuto de emigrante abre la posibilidad de que puedan regresar en un futuro a la isla, aunque para ello tendrán que pedir autorización a las autoridades cubanas, siempre reacias a conceder visado para quienes han participado en actividades políticas contra el régimen castrista. El asilo político impide en cambio a quien lo obtiene regresar a Cuba.
El Ejecutivo español valoró positivamente este hecho, ya que supone una «novedad» que ha de ponerse en valor con respecto a las liberaciones anteriores de presos políticos a las que ha procedido el régimen, que han tenido lugar en condiciones menos ventajosas, como los cuatro liberados en 2008 que viajaron a España y acabaron acogiéndose al cabo de un año al asilo político.
En cambio, a los próximos presos que se libere se les permitirá que puedan acompañarlos al extranjero sus familiares, quienes podrán entrar y salir libremente de la isla y no se les expropiará sus bienes, destacaron fuentes diplomáticas a la agencia Europa Press.
El primer grupo de cinco reclusos llegará previsiblemente entre el martes y el miércoles a España, aseguraron fuentes de Exteriores a la Razón, pero el Gobierno espera que sean «muchos más» los que acaben viajando a nuestro país, que servirá de puente para que se distribuyan por otros países de la UE. Alemania, Francia, Italia y algunos países iberoamericanos como Chile se han ofrecido a acoger a estos 52 presos políticos que el régimen ha anunciado que liberará de aquí a cuatro meses, según las fuentes.
España, no obstante, espera que las autoridades de la isla acaben liberando más adelante a algún preso de conciencia más al margen de estos 52, pertenecientes al Grupo de los 75 detenidos en la ola de represión de 2003.
Al excepticismo de la disidencia por lo que consideran un destierro «indigno» y no una liberación se sumaron ayer medios internacionales como «The Washington Post», qur consideró que Cuba «tiene un largo historial de concesiones tácticas en materia de derechos humanos para ganar tiempo para el régimen».
Mientras, la falta de información desespera a los familiares del disidente Léster González Pentón, uno de los cinco presos políticos que será liberado próximamente. «Estamos desesperados, es insoportable», declaró Mireya Pentón, madre del opositor
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El régimen castrista ha convertido la isla entera en una cárcel. Los cubanos no pueden mudarse entre provincias, tienen que enfrentarse a excesivas restricciones para poder salir del país y no pueden pronunciarse en contra del gobierno. Eso, entre muchas otras cosas que serían normales en cualquier otro país libre. Por ese motivo, todos los cubanos se pueden considerar como presos y en adición existen cárceles dentro de la cárcel que están llenas de cubanos y cubanas inocentes, cuyo único delito es amar la libertad o querer forjarse un mejor mañana.
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