Familia del Dr. García Paneque
Por Tania Quintero
La Asociación Médica Mundial (World Medical Association, con sede en Francia), en marzo de 2004 hizo un llamamiento internacional y solicitó al Gobierno de Fidel Castro, la liberación de los cuatro médicos y dos dentistas encarcelados en Cuba un año antes.
El más conocido de los prisioneros políticos cubanos que son médicos o dentistas, es el doctor Oscar Elías Biscet González, nacido en La Habana en 1961. En abril de 2003 fue condenado a 25 años de privación de libertad.
En una carta enviada a su esposa, Elsa Morejón, enfermera de profesión, Biscet escribía: "Es verdad que sufro, pero gracias a este injusto encarcelamiento, tengo la oportunidad de conocer un habitat que expresa la existencia misma de un sistema aberrante (...) La libertad es el único medio donde el talento humano alcanza su máximo esplendor".
Cuando Elsa dio a conocer esa carta, Oscar Elías padecía una sepsis bucal severa, hipertensión arterial esencial grado III, hipercolesterolemi hereditaria, úlcera gastroduodenal y osteoartrosis de columna cervical. Dentro de unos días, el 20 de julio, el doctor Biscet cumplirá 49 años, de los cuales más de diez los ha pasado en prisión.
En el momento de su arresto, en marzo de 2003, el doctor Marcelo Cano Rodríguez (La Habana, 1965) era presidente del Colegio Médico Independiente de Cuba. Fue condenado a 18 años.Cano es uno de los seis presos que en estos días van a ser trasladados, en su caso de la cárcel de Ariza, en Cienfuegos, a una de a capital. Entre otros problemas de salud, padecía de inflamaciones en las piernas y le habían salido furúnculos en la piel de origen desconocido. En ocasiones le han negado asistencia médica y no ha recibido las horas de sol a las que tienen derecho los reos, políticos o comunes.
Después del Combinado del Este, en La Habana, Ariza es la mayor prisión de la isla. Le dicen "la Alcatraz cubana" y en ella son habituales las golpizas a los reclusos y las humillaciones a sus familiares. La alimentación es poca y pésima, y el agua escasea y suele estar contaminada.
Alfredo Pulido López
El doctor Alfredo Pulido López (Camagüey, 1960) se graduó de Estomatología en 1983, y hasta 1998 trabajó como dentista. Fue expulsado por vincularse a la disidencia. En 2001 comenzó a escribir como periodista independiente. Condenado a 14 años en 2003. Es masón.
Su esposa, Rebeca Rodríguez, ha advertido de su progresivo deterioro. "Lo encuentro deprimido, en espera de una operación que le tienen que realizar". Padece de dolores de cabeza frecuentes y estuvo a punto de contraer tuberculosis.
En medio de tantas desdichas, la familia Pulido-Rodríguez tuvo la suerte de encontrar a una madrina española. Se llama Cecilia Molinero y reside en Sevilla. En un mensaje público ella escribió: "Para mí es una satisfacción que cuando llegan mis paquetes, los esperan como si de los Reyes Magos se tratara. Para Alfredo, medicinas, leche condensada y algunas cosas más, y para el abuelo, algún recuerdo de cuando a Cuba llegaban cosas procedentes de España".
El doctor Ricardo Enrique Silva Gual (Palma Soriano, 1973) también es estomatólogo. Fue sancionado a 10 años de privación de libertad en 2003.
Según ha denunciado su madre, la señora Elina Rosa Gual, su hijo padece de cefalea vascular y tensional, agravada por insomnio crónico, gastritis crónica, dermatitis recurrente, arritmia cardíaca, síndrome depresivo ansioso, rinitis alérgica, alergia alimentaria, glaucoma y duodenitis crónica por giardiasis. Demasiados padecimientos para un hombre que acaba de cumplir 37 años.
En 2004 fue apadrinado por el diputado francés Jean-Claude Decagny. Se desconoce si ha seguido en contacto con su madre o ha hecho gestiones para la liberación de Silva Gual.
El doctor Luis Milán Fernández (Santiago de Cuba, 1970) fue condenado a 13 años en 2003. Ha pasado por prisiones de varias provincias, pero desde 2009 se encontraba en Tarea Confianza, granja con un peculiar nombre en las afueras de Santiago de Cuba.
Milán era un hombre muy sano
Su esposa, Lisandra Lafita Hernández, ha declarado que Milán era un hombre muy sano. Ahora, entre otros problemas de salud, le han detectado un tumor óseo en el húmero izquiedo, retracción del tímpano izquierdo con pérdida de la audición, hipertensión, cornetes de la nariz inflamados, enfisema pulmonar (no fuma, pero le ha afectado el humo del cigarro en las celdas) y altos niveles de trigléricos. Le indicaron una dieta que en la cárcel no puede cumplir.
Desde 1987, el doctor José Luis García Paneque (Las Tunas, 1965) es médico, especialista en Traumatología y Cirugía Plástica. Por sus actividades opositoras, en 1997 fue expulsado del hospital Ernesto Guevara de Las Tunas, donde trabajaba como cirujano. Después comenzó a escribir periodista independiente. En abril de 2003 fue condenado a 24 años.
Tanto su esposa, la abogada Yamilé Llanes, como su madre, Moralinda Paneque, han denunciado el deterioro físico y mental del doctor Paneque: mala absorción intestinal, continúas diarreas, colitis, amebas, sangramiento intestinal, estomatitis, quistes y cálculos renales, entre otros padecimientos.
Alarmante estado de salud del doctor García Paneque
A su alarmante estado, se unen las infrahumanas condiciones carcelarias, el continúo estrés por convivir con reos peligrosos y una aguda desnutrición. Cuando ingresó en prisión pesaba 86 kilos y dos años después su peso era de 48.5 kilos.
"Su cuerpo es hueso y piel, no tiene carne. Está firme en sus ideas y pensamientos, habla con determinación y fortaleza, pero el cuerpo no le acompaña", ha contado su madre.
La mayor alegría de José Luis es recibir la visita de su esposa, su madre y sus cuatro hijos. José Alejandro, el único varón, ahora con 13 años, se afecta mucho, al ver que los brazos de su padre son más delgados que los suyos.
Para dos de estos profesionales de la salud que por sus ideas fueron castigados, la pesadilla está a punto de terminar. Luis Milán Fernández y José Luis García Paneque, junto con sus familias, próximamente viajarán a España, donde podrán recibir los tratamientos médicos adecuados. Y por primera vez en sus vidas, respirar libertad.
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