El preso político Rolando Jiménez Posada informó a la periodista independiente Lamasiel Gutiérrez Romero que siete reclusos comunes, cuyas edades oscilan entre los 20 y 25 años, se inocularon el virus del SIDA a manera de protesta por los abusos a que son sometidos y ante cuyos reclamos no encontraban respuesta por parte de las autoridades carcelarias.
Según el informe el número de reclusos que se inoculan el virus del VIH-SIDA, con jeringuillas infectadas en la prisión El Guayabo, en la Isla de la Juventud, está en aumento.
Numerosos informes sacados desde las cárceles cubanas indican que muchos presos comunes se mutilan y autoagreden para escapar de la deshumanizada realidad que enfrentan en el día a día de sus largas condenas, mientras que otros optan por el suicidio.
Pulse aquí si desea escuchar a José Luis Ramos con el informe.
Según el informe el número de reclusos que se inoculan el virus del VIH-SIDA, con jeringuillas infectadas en la prisión El Guayabo, en la Isla de la Juventud, está en aumento.
Numerosos informes sacados desde las cárceles cubanas indican que muchos presos comunes se mutilan y autoagreden para escapar de la deshumanizada realidad que enfrentan en el día a día de sus largas condenas, mientras que otros optan por el suicidio.
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