El pasado 10 de julio no acepté viajar a España porque no quiero abandonar mi patria, soy cubano y a mucha honra. Nací aquí como también nacieron mis hermanas, mis familiares, mis padres y abuelos paternos. No así mis abuelos maternos, que eran españoles, aunque están enterrados aquí, como también lo están mis otros seres queridos ya fallecidos y un día lo estaré yo.
De haber aceptado partir cuando el Cardenal Ortega me lo comunicó vía telefónica ya yo estuviera, desde hace días, en la península Ibérica. Pero por amor a mi tierra, mi historia, mi cultura, mi idiosincrasia y tradiciones decidí quedarme y continuar nuestra pacífica lucha por el respeto a los derechos y libertades inherentes a la dignidad de la persona humana, mientras tenga fuerzas para proseguir la noble y digna lucha civilista o que se alcance la tan añorada y sufrida transición democrática hacia el estado de derecho.
Aquí estoy y seguiré estando, porque este es mi lugar, esta es mi soberana decisión y mi entrañable voluntad de, contra viento y marea, ir siempre adelante haciendo realidad la máxima martiana de “La libertad cuesta muy cara y es preciso, o resignarse a vivir sin ella o decidirse a comprarla por su precio”
Pedro Argüelles Morán
Grupo de los 75
Prisión Provincial de Canaleta, Ciego de Ávila
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